La Curva de Tensión Ambulatoria (CTA) es un examen oftalmológico que permite evaluar la presión intraocular (PIO) de forma dinámica, registrando su comportamiento en distintos momentos del día. A diferencia de una medición aislada, la CTA proporciona una visión más completa de cómo fluctúa la presión ocular, lo que puede ser determinante en el diagnóstico y manejo de diversas enfermedades oculares, especialmente el glaucoma.
Durante este estudio, el paciente acude en diferentes horarios programados —generalmente en la mañana, tarde y en algunos casos también en la noche— para que un profesional realice la medición de su presión ocular mediante tonometría. Esta serie de registros permite identificar picos de presión que pueden pasar desapercibidos en una única consulta, y que podrían representar un riesgo para la salud del nervio óptico si no son detectados a tiempo.
La CTA está especialmente indicada en pacientes con:
Este examen es ambulatorio, no invasivo y de fácil realización, y se lleva a cabo durante el transcurso de una jornada, sin necesidad de hospitalización ni preparación especial. Los resultados permiten al oftalmólogo tomar decisiones más informadas respecto al tratamiento, como ajustar la medicación o indicar estudios complementarios.
La Curva de Tensión Ambulatoria es una herramienta clave en el cuidado de la salud visual de pacientes con riesgo de glaucoma, ya que ayuda a prevenir el daño progresivo e irreversible que esta enfermedad puede causar si no se controla adecuadamente.